Fotografía suministrada. |
Hace dos
años, sobre las principales vías de las ciudades capitales de nuestro
país, una morena de 1,76 metros de
altura, de ojos expresivos y cabellera abundante, desfilaba con mucha alegría
encima de las carrozas de Cerveza Águila durante la temporada ferias y fiestas.
Ella no lo
hacía por impulso de espíritu fiestero, para Anggie Ann Bryan, éste era su
trabajo; que se ganó luego de afrontar con profesionalismo las duras pruebas
que se le presentaron durante su participación en el reality Colombia’s Next
Top Model, y que para felicidad propia y de su amada isla de San Andrés, fue
una de las cuatro vencedoras elegidas por los televidentes.
“Haber sido
Chica Águila fue un gran privilegio para mi como persona y como modelo. Después
de terminar ese contrato pasaron muchas cosas importantes para mí. La más
esencial, haber quedado con grandes amigas como Liss, Mónica y Claudia, quienes
fueron las otras Chicas Águila durante mi año.
“Por otro
lado mi eterno agradecimiento con Bavaria y esa marca que me dieron esa
plataforma para que mi carrera se catapultara haciéndome conocer con los
grandes talentos del diseño de Colombia. Por eso, tuve el privilegio de firmar
un contrato con mi agencia madre, Grupo4, que ha sido crucial para mi carrera y
quienes me apoyan en cada uno de mis pasos, incluso en el exterior”.
Con todas
esas puertas abiertas, y oportunidades de crecer sin límites, Anggie mantiene
sus pies bajo tierra y asegura que esto no significa haber alcanzado todo en el
modelaje, pues a medida que cambian los escenarios y actividades a realizar,
nuevas metas se atraviesan, positivamente, en su vida.
Tomada de wilhelmina.com |
“Ha sido un
proceso de aprendizaje y evolución. He entendido, con el tiempo, que en esta
carrera lo más importante es la paciencia, la constancia y la disciplina. Mucho
más que la belleza. Las metas en mi carrera han ido evolucionando, y con eso mi
valentía para ir logrando cada una de ellas. Esto es un constante viaje, no un
destino”.
Palabras
ciertas, que al parecer conserva hasta en los instantes más agudos de su
carrera, porque ‘no todo es color de rosa’.
“El
modelaje, como cualquier otra carrera, es una actividad que impone muchos retos
y dificultades. He atravesado momentos complejos, pero de todos ellos he
aprendido y sigo aprendiendo, ya que pueden venir más. Lo importante no han
sido las dificultades, sino la enseñanza que estas me han dejado. En los
momentos en que me he sentido angustiada, me he demostrado que de toda
dificultad siempre hay una oportunidad, solo que a veces es difícil verlas”.
Firmeza y
madurez que no sólo se nota en su discurso, también en la forma en que enamora
a las cámaras, encanta a los diseñadores, y despierta admiración entre las
pequeñas mujercitas que inician en el mundo del modelaje, y que desde ya desean
labrar un entorno laboral como el que goza esta bella sanandresana, quien hoy
día trabaja para una de las agencias más importante de los Estados Unidos.
“Nunca lo
imaginé, pero siempre lo soñé. Y a veces, con mucho trabajo arduo y un poco de
suerte, los sueños se vuelven realidad. Por eso me levanto día a día a vivir
este sueño de trabajar con una agencia como Wilhelmina, que fuera de tener el reconocimiento
internacional por ser una de las mejores agencias de modelaje, tiene una gente
profesional y de excelente calidad humana”.
Para la
señorita Bryan, el tiempo que lleva trabajando en Estados Unidos ha sido la mejor
escuela para su carrera, tanto en lo profesional como personal, porque se ha
tornado en una experiencia de retos y enriquecimientos.
“Empezando
por trabajar en un idioma que no es el materno, pasando por aprender una
cultura de trabajo diferente a la nuestra, y terminando con tener la
posibilidad de trabajar con las marcas y diseñadores más importantes, y los
fotógrafos y modelos más destacados en la industria internacionalmente. Esto ha
sido 9 sobre 10, porque lo único que falta es mi mágico San Andrés”.
Sin
embargo, ahora que la vida le sonríe más que nunca, para ella sigue siendo
fundamental el hecho de esforzarse en la medida de sus posibilidades, para
poner en alto el nombre de su tierra natal.
Tomada de wilhelmina.com |
“Mi oficio
como modelo me ha brindado la oportunidad de ayudar pero no tanto como yo lo
quisiera. Tengo claro que eso es un reto de vida, y he aprendido que lo que
importa no es el éxito sino el significado. Y ese significado lo trae lo que
podamos hacer por los demás. Por eso tengo muchos retos presentes y futuros
como poder utilizar mi reconocimiento como isleña para traer más reconocimiento
a San Andrés”.
Misión
altruista que realiza por un amor sincero a sus raíces, y a la gente que la vio
crecer, porque en definitiva por muy lejos que Anggie esté de ellos, ese lazo
de hermanos es inquebrantable.
“Es
importante ayudar sin esperar nada a cambio, porque ayudar esperando algo a cambio
es negociar, no ayudar”.