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Quién se imaginaría que en un sencillo y cálido taller de
pintura en la población de Los Monchis - México, junto con dos máquinas de coser
y una costurera como su mano derecha, la diseñadora Sinaloense Luciana
Balderrama sería la artífice de los vestidos de noche y cocktail más referenciados
de los dos últimos años según la prensa extranjera y los blogueros de moda más
influyentes en Europa y América Latina.
Hazaña en el diseño de prendas femeninas, que por supuesto,
le permitieron abrir su propia tienda, y así darle libertad a su creatividad e
imaginación como piezas claves para la construcción de atuendos muy
estructurados, que contrastan majestuosamente con un trabajo de bordado en
perlas y plumas de avestruz, pocas veces visto en la escena de la moda
contemporánea y de lujo.
En una conversación abierta, mediada por la virtualidad,
Balderrama desnudó su alma para revelar el arduo proceso de trabajo y estudio que
la han llevado hasta las instancias que hoy agradece.
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¿Cómo eran sus días de
estudiante en el Instituto Europeo de Diseño?
“Terminando
la preparatoria en Los Mochis, Sinaloa decidí mudarme a Italia para aprender
sobre la cultura, el idioma y la moda. Ahí es donde aprendí a reconocer
sobre mi sensibilidad por el arte, arquitectura y diseño. En el IED cada
día era un reto, cada día se aprendía algo nuevo. Mi primer día recuerdo que
fue la primera vez en mi vida que veía o prendía alguna máquina de coser
industrial; no sabía ni por dónde empezar, hasta que poco a poco la practica al
igual que con mucha paciencia de los maestros y compañeros, en pocas semanas me
llegué a sentir más segura con mis habilidades; quedando rápidamente enamorada
con la ciudad y la industria”.
¿Vivir en Europa cambió
su perspectiva de diseño? ¿De qué modo?
“Claro
que sí. Roma fue mi primer contacto con la industria de la moda en todos los
sentidos. Recuerdo exactamente la primera vez que pase por Vía Condotti; me
acuerdo analizar ventana por ventana a todas esas casas de moda inmensas, donde
el glamour y la creatividad estaban a punta. Europa me enseno apreciar
diferentes áreas no solamente en la moda, también en la arquitectura o el
diseño, donde pude ver las diferentes líneas, texturas, colores, fachadas etc.
y aplicarlas como inspiración en mis siluetas o piezas.
“Europa
es el lugar ideal para inspirarte, me abrió los ojos a un mundo que no sabía ni
que existía. La sensibilidad a la que fui expuesta siempre quedó tatuada en mi
almacén creativo a la cual me inspiro hasta en mis presentes colecciones”.
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Al pasar por el Instituto de Arte de California,
¿esa experiencia alimentó el concepto de moda que usted había construido
durante el tiempo que estuvo en Italia?
“Como
artista, el aprendizaje es clave número uno para cualquier área que gustes
tomar. Para mí, estar en el Art Instituto me enseno sobre áreas un poco más
tecnológicas como usar diferentes softwares, así como también de marketing que
no había tenido la oportunidad de conocer en el IED, y que me han ayudado
muchísimo en las bases de mi propia marca, las cuales sigo usándolas
diariamente”.
¿Qué o quién la impulsó para tomar la decisión que
crear empresa?
“En
Los Ángeles, tuve la gran oportunidad de haber trabajado para el departamento creativo
de Robert Rodríguez, y ahí fue donde me empapé un poco sobre la industria de la
moda y fue cuando realmente me di cuenta que me gustaba, y era parte de algo en
el cual apreciaba y admiraba. Al mismo tiempo en esa etapa, hacia
vestidos para amigas o conocidas en Los Ángeles o San diego, y cuando regresé a
México rente dos máquinas de coser y seguí haciendo vestidos costume made para clientas; hasta llegar
un punto donde las redes sociales me expusieron a diferentes mercados y fue
cuando decidí buscar mi propia identidad, no sólo como diseñadora, si no como
marca haciendo diferentes propuestas para ready-to-wear,
donde se presentan prendas básicas, vestidos tipo cocktail o de noche”.
¿Hubo miedos durante el proceso de creación de su
propia marca?
“Cuando
decidí empezar con la marca, fue cuando realmente empezó a inspirarme en lo que
me gustaba; como ya tenía un estilo definido con mis clientas pasadas basándome
solamente en el eveningwear, cuando
saque mi línea de Invierno 2015, si tuve miedo al exponer un lado un poco más
contemporáneo y masculino.
“La
verdad nunca tuve expectativas sobre el cómo las personas lo iban a tomar, pero
era algo en el cual mi verdadera creatividad e identidad tenía que ser
expuesta, y estoy muy feliz con el resultado. Como siempre hay una
incertidumbre a lo nuevo pero es parte del Rush, de lo no esperado que
siento a veces y me gusta”.
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¿Cómo define el tipo de
personas para las cuales usted diseña?
“Me
gusta mucho pensar que la cliente que porta alguna pieza Luciana Balderrama, es
una mujer fuerte, independiente y segura de sí misma”.
Por último, ¿cuál es el sello distintivo que imprime
en cada uno de sus diseños?
“Creo
que todas mis piezas son prendas bastantes sencillas, pero con detalles que las
hacen ver fuertes y diferentes. Trato de usar colores y texturas bastantes
simples en mis materiales, para que el detalle; ya sea el bordado, algún cierre
o un botón, sea lo que le dé fuerza posicionándolos en lugares diferentes para
acentuar siluetas, cortes o líneas”.