#Entrevistas
Fotografía suministrada. |
Por: @carlomtorres
A corta edad, Christian
Maldonado, más conocido en la industria musical como Master Chris, tuvo
contacto directo y por primera vez con la música. Esa experiencia se remonta en
aquellas tardes soleadas de su natal Puerto Rico en las que su abuelo materno
le colocaba en sus piernas uno de sus tres acordeones para que a oído y bajo sus
estrictas instrucciones, aprendiera a componer melodías que más adelante le
alegrarían el alma.
“Él no sabía leer ni escribir
pero tocaba ese instrumento muy bien. Él siempre que podía me ponía a tocar el
acordeón, para luego decirme si se escuchó bonito, o le pareció feo. Así fue
cómo mi abuelo sembró en mí la semilla y gusto por la música”.
Sin embargo, hasta los catorce
años, cuando su madre se contrajo nupcias con un célebre pianista, fue cuando
Christian Maldonado se convenció de que lo suyo crear melodías.
“Yo llegué a la producción
musical luego de acompañar como pianista a muchas bandas y orquestas en Puerto
Rico durante el proceso de grabación de sus discos. Te estoy hablando de una
Olga Tañón o un Elvis Crespo. Y en esos
espacios yo solía intervenir para exponer mis ideas y realizar sugerencias.
Después me pidieron hacer arreglos musicales, y así fue que se disparó mi
carrera como productor”.
Trabajar con tantos cantantes en Latinoamérica desde sus inicios hasta
sus glorias, ¿lo han hecho sentir como un padre?
“Es que soy como un papá. Cuando
estoy en un estudio de grabación con un artista que nadie conoce, y yo puedo
visualizar que tiene talento para llegar lejos, pongo mi fe y esfuerzo por
trabajar con él, y posterior a ello, me doy cuenta que logró conseguir una gran
audiencia que ha pedido sus canciones en la radio durante meses, y que debido a
la fama que ganó cambió su forma de vestirse, de peinarse… Te juro que me da
una emoción hermosa, inclusive, a mí me fascina trabajar con artistas ya
establecidos, pero me llena más hacerlo con artistas nuevos”.
¿Cuáles son sus “hijos” más aplicados?
“Me has hecho la pregunta más
complicada, pero increíblemente he tenido la oportunidad de trabajar con
artistas de este país que son muy educados, llegan puntuales al estudio, y han
cumplido al pie de la letra con las actividades trazadas. Te estoy hablando de
un J Balvin, que es una persona extremadamente disciplinada; también la
agrupación Golpe a Golpe, Alkilados, entre otros”.
¿Ha tenido que jalarle la oreja a alguno de ellos?
¿Quiénes son los más consentidos?
“En este momento creo que Alexis
y Fido, porque son cantantes a los que produje desde tiempo atrás, es decir,
son personas con las que comparto mucho. De hecho, cuando nos sentamos a
trabajar ya ni nos miramos porque sabemos qué es lo que vamos a hacer. Es como
cuestión de química”.
¿Qué consejos les suele ofrecer?
“Tienen que dedicarse, prepararse
y creer en ellos, y así de seguro les va a ir muy bien. Tal vez no va a ser muy
rápido el éxito, pues habrán personas que no los ayuden, pero la perseverancia
hace la diferencia”.
Si tuviera la oportunidad de regresar el tiempo, ¿con qué cantante
colombiano le hubiese gustado trabajar?
“La verdad me hubiese gustado ser
parte de la carrera del señor Diomedes Díaz. Siento una pasión por la música
vallenata increíble, y no sé si es por la anécdota con el acordeón de mi
abuelo, pero cuando yo conocí a mi esposa y ella me empezó a cantar vallenato
de distintos artistas colombianos, yo quedé enamorado de ese género. Aunque
tuve la bendición de trabajar con Peter Manjarrés en una canción que compartió
con Silvestre Dangond y Jorge Celedón”.
Por último, ¿Cuál es el panorama actual de la música latinoamericana en
el mundo?
“Es el momento. A diferencia de
cuatro años que los latinos sonábamos entre nosotros, ahora la gente en Europa
y Norteamérica está pendiente de nuestra música, y es por ello que los
americano desean grabar con un latino para sonar en la comunidad hispana”.