Estar pendiente al celular las 24
horas del día, esperando ser llamado a presentar una entrevista de trabajo o,
revisar constantemente el correo electrónico con el deseo de hallar en la
bandeja de entrada un email de una multinacional que esté interesada en
ofrecerte el empleo de tus sueños, pero te das cuenta que el tiempo pasa y nada
de lo anterior sucede, puede resultar muy frustrante.
Sin embargo, ese receso de
actividades lucrativas al que te conduce el desempleo no es tan malo, pues en
él se puede sacar provecho a todo tu potencial cognitivo, y convertirte en un
mejor profesional.
Aprende un nuevo idioma. Con la infinidad de sitios en internet que
ofrecen cursos gratuitos en lenguas extranjeras, no hay excusas para conocer y
dominar un idioma distinto al tuyo, que te abra puertas al mercado
internacional.
Realiza estudios superiores. Una de las ventajas del desempleo es
contar con tiempo de sobra para embarcarte en el desafío de realizar un
postgrado, especialización, y en el mejor de los casos, una maestría que añada
peso al currículo, y te brinde mayores herramientas para ejercer tu profesión.
Haz proyectos colaborativos. Crear espacios como vitrina para
mostrar tu talento al mundo, es más fácil de lo que piensas. Hoy día con la
popularización de los blogs, las revistas científicas y las redes sociales,
puedes generar contenido valioso para una audiencia determinada que,
seguramente lo replicará hasta un punto en el que se torne visible para un
empleador.
Fotografía tomada de Getty Images.